El león de Nemea
En la mitología griega, el león de Nemea era un despiadado
monstruo que vivía en Nemea. Finalmente fue vencido por Hercules.
El primero de los doce trabajos de Hércules fue matar al
león de Nemea y despojarlo de su piel. El león había estado aterrorizando los
alrededores de Nemea, y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a
las armas. Cuando Hércules se dirigía a cazar al león se hospedó en casa de
Molorco, partiendo después hacia la guarida de la fiera. Cuando Hércules se
enfrentó a él por primera vez, usando su arco y sus flechas, un garrote hecho
de un olivo (que él mismo había arrancado de la tierra) y una espada de bronce,
todas las armas resultaron inútiles. La morada del animal tenía dos entradas:
Hércules lo azuzó hasta que el animal penetró en ella, taponó una de las
entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y lo estranguló. Hércules llevó
el cuerpo del león a Micenas para que lo viera el rey Euristeo, quien elegía
qué tareas debía cumplir el héroe en el camino de los doce trabajos. Hercules
empleó horas intentando desollar al león sin éxito. Por fin Atenea, disfrazada
de vieja bruja, ayudó a Hércules a advertir que las mejores herramientas para
cortar la piel eran las propias garras del león. De esta forma, con una pequeña
intervención divina, consiguió la piel del león, que desde entonces vistió a
modo de armadura, usando su cabeza como yelmo.
Hércules lucha con el león de Nemea es un cuadro de
Francisco de Zurbarán expuesto en el Museo del Prado de Madrid, España. Está
pintado al óleo sobre lienzo, y mide 151 cm de altopor 166 de ancho. Son raros
los desnudos integrales en el arte español, y más aún los de tema profano, no
pintados con la excusa de un San Sebastián, por ejemplo, o un Cristo en la
Cruz. Zurbarán probablemente se inspiró
para llevar a cabo éste en un grabado, pues la musculatura que realiza es muy
lineal y de sombreado muy marcado. El héroe destaca del resto del lienzo
gracias al fogonazo de luz sobre su cuerpo. Del león apenas intuimos el cabeza,
puesto que el resto se encuentra esbozado y en la oscuridad,1634.
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